Fotografìa: Identifican rostros reflejados en un ojo de una persona
Quizás el término optografía no te suene muy familiar, pero es un concepto que data de bastante tiempo atrás. Se lo utiliza frecuentemente en el ámbito paranormal, aunque surgió entre científicos en el siglo XIX; muchos creyeron que podía convertirse en una herramienta forense muy importante, que ayudara a dentificar a un criminal obteniendo imágenes directamente de los ojos de la víctima. Tras muchos intentos fallidos, las teorías no lograron imponerse pero un nuevo experimento las vuelven a los titulares.
En 1881, Wilhelm Friedrich Kühne hizo un descubrimiento asombroso en su laboratorio de la Universidad de Heidelberg: al examinar los ojos de una rana muerta pudo distinguir en su retina la imagen casi imperceptible de uno de los mecheros que estaba en la mesa; se dio cuenta que ese mechero fue lo último que vio el anfibio. En 1963, el fotógrafo inglés M. Warner hizo una foto de un ojo de un becerro unas horas después de que fue muerto en el matadero. En el análisis de la imagen le pareció ver en la retina del ojo un claro reflejo del suelo de concreto, la última cosa que el pobre ternero vio antes de morir.
Ahora, dos investigadores británicos demostraron que se puede identificar lo que ve una persona fotografiada haciendo zoom en la fotografía. Rob Jenkins, de la Universidad de York, y Christie Kerr, de la de Glasgow, realizaron una serie de fotografías con una cámara digital de 39 megapíxeles de resolución a dos grupos de voluntarios. Las fotos, de tamaño carné, tenían una resolución de unos 12 Mpx y los expertos las ampliaron hasta llegar a la córnea de la persona fotografiada. Gracias al Photoshop, lograron localizar los rostros de los personas que se encontraban frente a ella.
Los investigadores aseguran que los resultados obtenidos demuestran “la gran capacidad que tenemos para reconocer rostros y destapa el potencial de la fotografía de alta resolución. Los humanos podemos reconocer otros rostros y esa capacidad aumenta dramáticamente si no es la primera vez que lo vemos”. El trabajo de Jenkins y Kerr podría ayudar a los investigadores en muchos delitos, como el secuestro o la grabación de pornografía infantil.