¿Cómo serán los celulares del futuro?
La tecnología cambia tanto y tan rápido, que resulta difícil pensar en cómo serán las cosas en un futuro no tan lejano. Quizás el ejemplo más tangible sea el de los celulares; los fabricantes de estos pequeños dispositivos luchan por incorporar materiales y programas innovadores, que nos permitan realizar todo tipo de tareas. ¿Lograrán ser flexibles, resistentes y eliminar los teclados? Te contamos qué dicen los expertos.
Los smartphones que dominan el mercado móvil, poco tienen que ver con aquellos primeros celulares. El Nokia 1100 o los modelos de Motorola con tapita hicieron furor hace sólo algunos años y sin embargo, no se parecen en nada a lo que hoy encontramos en el mercado. El diario La Nación entrevistó a los especialistas del sector para conocer sus opiniones sobre el futuro cercano de la industria.
Samsung es número en venta de móviles y sus expertos explican que la evolución de estos teléfonos, dependiendo de cómo cambien las tecnologías que componen los equipos; como la pantalla, la batería y el sistema operativo. Según ellos, no hay dudas de que las pantallas serán táctiles y tendrán una calidad asombrosa, pero todo girará en torno a su tamaño.
Desde Nokia aseguran que cuando hablamos de futuro, nos referimos a un par de años. Un gran paso será la orden gestual, y se cree que podremos manejar el teléfono a través de los movimientos oculares. No se sabe cuándo, pero con seguridad se aplicará: «Es una tecnología que está disponible en la aeronáutica y en el nivel militar, y en algún momento se aplicará a los dispositivos masivos«, explican en Samsung.
En Motorola señalan que el mercado se definirá por el tamaño de las pantallas y su flexibilidad, aunque no se doblen serán mucho más resistentes a los golpes. En la empresa de microprocesadores Qualcomm aseguran que, en unos años, los celulares se convertirán en nuestro sexto sentido, porque sabrán qué estamos pensando, qué queremos hacer y qué necesitamos. Nos permitirán controlar electrodomésticos, sistemas de seguridad y vehículos.
Vía: La Nación