Científicos desarrollan el primer pulmón humano de laboratorio
La donación de órganos es una de las acciones más valiosas que un humano puede realizar. Nuestro cuerpo puede ayudar a una gran cantidad de pacientes que esperan durante años una nueva oportunidad y una mejor calidad de vida. Sin embargo, el éxito de un transplante depende de una gran cantidad de factores, como la posibilidad de un rechazo por parte del paciente o de su salud al momento de recibir un órgano. Para reducir la espera y lo riesgos, un equipo de la Universidad de Texas trabaja en el desarrrollo órganos de manera artificial.
La única forma de restituir un órgano que no funciona de manera correcta es realizar un transplante. Y aún así, nada garantiza que el paciente no necesite otra intervensión. La enfermedad y la desesperación de la espera forman parte de la realidad cotidiana de millones de familias alrededor del mundo. Por eso, muchos especialistas invierten tiempo y dinero para lograr distintas alternativas. Una de ellas es el desarrollo artificial de órganos.
Científicos de la Universidad de Texas Medical Branch (UTMB), en Galveston, acaban de desarrollar por primera vez en la historia un pulmón humano. Para lograrlo, se usó material procedente de los pulmones de dos niños que fallecieron en circunstancias traumáticas y cuyos pulmones no eran aptos para trasplante. Uno de los pulmones fue utilizado como un esqueleto (compuesto de colágeno y elastina) donde se aplicaron las células del otro pulmón.
Luego, este esqueleto fue sumergido en una cámara repleta de un líquido nutritivo, entre otros componentes, y cuatro semanas más tarde obtuvieron un pulmón humano completo. El nuevo pulmón es más rosado, más suave y menos denso que un órgano natural.
Antes de este increíble avance, los científicos aplicaron con éxito esta técnica hace cuatro años en pulmones de ratas y de cerdos. El pulmón desarrollado todavía no es funcional, pero constituye un primer gran paso. Aún se necesitarán al menos 12 años de pruebas para comprobar que estos pulmones confeccionados en el laboratorio puedan intercambiar gas, y ser utilizados en trasplantes. Otros experimentos similares han logrado crear una oreja humana con una impresoras 3D y células del ojo.
Vía: ABC