Noticias sobre tecnología dañina provocan dolores de cabeza, fatiga y estrés

Durante los últimos, un sinfín de dispositivos electrónicos se han incorporado a nuestras tareas cotidianas, facilitándonos muchas labores y provocando miedo y pavor en muchas personas. Un estudio alemán asegura que existencia un efecto en el que los pacientes sufren o tienen dolores reales, porque creen que las tecnologías inalámbricas afectan negativamente a su cuerpo. Se denomina hipersensibilidad electromagnética y cada vez es más frecuente.

El psicólogo alemán Michael Witthöft ha tratado a un nuevo tipo de pacientes durante los últimos diez años. Se trata de personas con una hipersensibilidad electromagnética, que los hace temer a las ondas que emanan los aparatos tecnológicos que están en todas partes. Sufren dolores de cabeza, fatiga, estrés o falta de sueño y según el especialista, es provocado por un efecto contrario al placebo.

Muchas personas lo sufren de tal manera, que deciden alejarse de las ciudades y desconectarse del mundo, como ocurre en el pueblo Green Bank. Este efecto nocebo se origina en el miedo que tienen las personas de los supuestos peligros que representa la tecnología. Las noticias sobre sustancias dañinas para la salud en los aparatos que usamos diariamente, como celulares, computadoras, Wi-Fi y demás, sugestiona a las personas a desarrollar los síntomas de una enfermedad.

hipersensibilidad electromagnética

Para su investigación, Witthöft contó con 150 voluntarios y los dividió en dos grupos. A uno le mostró un documental de la BBC que advertía sobre los daños potenciales de los celulares y señales de Wi-Fi, mientras que el otro miró un informe sobre seguridad en internet. Después, cada participante fue llevado a una pequeña habitación con «Wi-Fi amplificado».

En realidad no estaban expuestos a ninguna radiación, pero la mayoría de los individuos que vieron el documental indicó que el Wi-Fi les provocó hormigueo en los dedos, manos y pies, presión en la cabeza, dolor de estómago y problemas para concentrarse.

Vía: La Nación