Crean implantes electrónicos que pueden sustituir a los medicamentos

La mayoría de los seres humanos toma algún tipo de medicación. Lo usamos para problemas comunes como un dolor de cabeza, un malestar estomacal, un resfriado o una lesión muscular y mucho más aún si se trata de enfermedades graves. Ciertas patologías requieren de muchas drogas diarias, algunas de ellas, con efectos secundarios graves; ¿imaginas si en lugar de tomarlas podríamos controlar la enfermedad sin usar medicamentos? Un grupo de científicos cree que podremos hacerlo con implantes electrónicos.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford está desarrollando implantes electrónicos. Los marcapasos son un ejemplo de este tipo de tecnología, pero tienen un gran problema: los médicos deben cambiar su batería cada pocos años y este procedimiento requiere de una cirugía. Una nueva generación de implantes utilizaría baterías capaces de cargarse de manera inalámbrica, al igual que lo hacen algunos smartphones.

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Estos nuevos implantes electrónicos podrían conectarse sobre los nervios afectados y estimularlos directamente sin la necesidad de que el paciente ingiera medicamentos. Los investigadores creen que dispositivos pequeños como un grano de arroz podrían utilizarse para tratar enfermedades crónicas como el parkinson, la epilepsia, la insuficiencia cardíaca, el dolor crónico y la incontinencia. Existen otros proyectos similares: un grupo de científicos suizos desarrolló un pequeño chip inalámbrico que se coloca debajo de la piel y es capaz de analizar la sangre del paciente y comunicar los resultados a su teléfono celular. En el Instituto Dresden de Nanociencias Integradoras, crearon microbots que pueden ingresar en un ser vivo y transportar medicamentos o realizar otras tareas

Esta tecnología abre el camino hacia un nuevo tipo de medicina que permita tratar enfermedades con la electrónica en lugar de drogas. El equipo médico detrás de este avance asegura que se pueden crear nuevas formas de tratar la enfermedad y aliviar el dolor. De hecho, están preparando el sistema para realizar pruebas en humanos; de tener éxito, estos dispositivos de carga inalámbrica podrían comercializarse dentro de algunos años.

Enlace: Stanford News