Científicos quieren cargar baterías usando la energía del cuerpo humano

No es el sueño de un científico loco ni de un escritor de ciencia ficción; es una realidad que está siendo estudiada en el laboratorio de la Universidad de Southampton, en el sur de Inglaterra. Distintas investigaciones afirman que los pequeños impulsos eléctricos emitidos por los humanos, podrían servir para cargar las baterías de los dispositivos electrónicos e incluso, para abastecer de energía a edificios y oficinas.

La energía del cuerpo humano puede generar pequeñas cantidades de electricidad, y los científicos creen que podría utilizarse en una gran cantidad de aplicaciones. El profesor Steve Beepy, investigador de la Universidad de Southampton, está desarrollando prendas de vestir hechas de materiales capaces de generar electricidad por el calor del cuerpo o por su movimiento.

Energía electrica a partir del cuerpo humano

Pero no sólo eso, los expertos buscan la forma de generar electricidad a partir del fluir de nuestra sangre o el movimiento de los órganos internos. Un buen ejemplo de ello son los marcapasos que aprovechan los latidos del corazón para funcionar. Las baterías de un marcapasos deben cambiarse cada siete años mediante cirugía, si se carga con el latido del corazón se evitan los daños asociados a una operación y su costo.

En la Universidad de Cranfield, también en Inglaterra, los científicos trabajan en unos soportes de rodilla para que los soldados puedan generar energía cuando corren o marchan. El objetivo es reducir el peso extra que llevan al cargar gran cantidad de baterías que necesitan. También creen que la temperatura corporal, por ejemplo, ofrece el potencial de ahorrar grandes cantidades de energía en edificios públicos, oficinas y escuelas.

Eric Yeatman del Imperial College, en Londres, cree que la tecnología podría reducir el malgasto y ayudar a reducir el consumo global de energía: «Lo mejor es que tan sólo necesita microwatts de energía de tu cuerpo para ahorrar megawatts en el sistema«.

Vía: La Nación